lunes, 23 de enero de 2012

NOS SEPARAMOS, ¿CÓMO SE LO DECIMOS A L@S NIÑ@S?

El mejor legado de una madre o un padre a sus hij@s
es un poco de su tiempo cada día.
Battista.

Para un matrimonio la decisión de separarse es algo que sucede después de mucho pensarlo y no suele hacerse a la ligera. Si además existen hij@s en común, esta decisión es aún más difícil.
Con frecuencia, l@s hij@s han sido testigos de tensas discusiones y enfrentamientos durante la convivencia y ello les afecta de diferentes maneras: pueden sentirse culpables, sentir ira y resentimiento, tristeza…, hasta el punto de que, cuando llega la separación, pueden sentirse aliviad@s, además de confundid@s, tristes y/o enfadad@s.
Cuando la decisión sea irreversible es necesario explicar el nuevo escenario a l@s hij@s, tengan la edad que tengan (siempre que se pueda tener una conversación con ell@s). Es necesario adaptar el lenguaje a su edad.
Una serie de pautas nos ayudarán a enfrentar esta delicada situación:
Ø  Se aconseja decirles que el amor que sienten por ell@s no va a cambiar. Es necesario recalcar que aunque mamá y papá no vivan junt@s, siempre serán una familia, porque ell@s son sus hij@s a los que seguirán cuidando y queriendo. Necesitan saber que, tanto su padre como su madre, están con ell@s y que acudirán si necesitan su ayuda.

Ø  Es importante que sepan qué va a suceder a partir de ahora: dónde viviremos cada un@ de nosotr@s, cuándo nos veremos… En la medida de lo posible, se aconseja que sus rutinas no cambien de forma abrupta, sobre todo al principio.
Ø  Sobra decir que es imprescindible dejar de discutir delante de l@s hij@s; si existen puntos de desacuerdo deben tratarse en privado. En los primeros momentos de la separación puede que resulte más costoso realizar este esfuerzo; no obstante, con el tiempo, puede que la relación incluso mejore.
Ø  Hay que evitar la sobreprotección porque supone una segunda victimización para ell@s y, además, se suele convertir en una trampa que l@s hij@s acaban utilizando para manipular a las madres y los padres.
Ø  Así mismo, es necesario hacer un esfuerzo y superar las heridas emocionales de los malos tiempos de la convivencia para evitar resentimientos que puedan ser captados por ell@s (pues son especialmente sensibles a esta comunicación no verbal). De esta forma podremos evitar con mayor facilidad la tentación de hablar mal del otro miembro de la pareja, cosa que puede resultar fatal para nuestr@s hij@s, y eso es algo que no deseamos en absoluto. La alienación parental, así se denomina el hecho de poner a un hij@ en contra del otro cónyuje, puede producir importantes traumas emocionales en l@s niñ@s.
Ø  Es aconsejable contactar con l@s tutor@s de l@s hij@s para informar de la nueva situación familiar y solicitar colaboración.
Ø  Para recortar el proceso de separación,  que es el momento en que l@s menores pueden sufrir más, resulta útil regular lo antes posible el régimen de visitas, los aspectos económicos, la custodia... Es un error prolongar la situación y permanecer en stand by, sobre todo si la relación es tensa. Si es posible de mutuo acuerdo, la mediación es siempre mejor alternativa que la vía judicial.


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